martes, 6 de agosto de 2013

Especial BODAS:

Vestidos:



Monique Lhuillier Bliss 2014 I Coral Gables Bridal I Chic Parisien i cpbride.com/blog

Charleston Wedding from 509 Photo + Inkspot Crow Films  Read more - http://www.stylemepretty.com/2013/07/30/charleston-wedding-from-50-photo-inkspot-crow-films/
Lazaro gown - Swarovski crystals.

Marchesa Bridal Spring 2014 I Coral Gables I Chic Parisien I cpbride.com/blog

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Tips para tu boda perfecta:


Maquillaje y Peinado
Un buen maquillaje de novia debe conseguir tres propósitos: 1. Conseguir naturalidad y elegancia 2º disfrazar los defectos y ensalzar virtudes y 3º Que perdure a pesar del "maltrato" que sufrirá durante el día además de estar preparado para las diferentes luces del día: natural, focos, flash y luz artificial.
En efecto, un buen maquillaje no debe convertir a la novia en un auténtico "payaso", llena de estridencias en su cara, sino lograr un aspecto natural. El mejor maquillaje es que consigue la belleza sin que se note la existencia de maquillaje.
La cara deberá hidratarse convenientemente para poder aplicarlo. Excepto que la piel esté gravemente seca, se evitarán aceites porque estos producen brillos.
El siguiente paso será el aplicar una buena base de maquillaje de un tono mayor o menor al de la propia piel, salvo en las ojeras que será más claro y luminoso. El mejor color es el beige que es el más natural. En estos momentos hay que aplicar polvos para evitar los molestos brillos.
El maquillaje en si empieza por los ojos. Si la mirada es la mejor cualidad de la novia es imprescindible realzarla con gamas cobrizas, arena o pardas. Si la novia está morena un tono salmón, y si sus ojos son claros, un tono humo. Jamás conviene emplear tonos verdes o azules que no combinan con el blanco del vestido.
La máscara de las pestañas debe ser contundentemente oscura para captar el romanticismo de la mirada. Sobre el hueso de la ceja, una sombra blanca en piel clara o vainilla en oscura otorgan frescura y van a juego con el vestido de la novia. Las cejas no deben ser el centro de la cara por lo que hay que olvidar los lápices y acudir a las sombras.
Los defectillos del rostro se tapan con polvos correctores. Por ejemplo hay que aplicar corrector oscuro a la barbilla y más claro a los pómulos para las caras alargadas, sombreadas en las mandíbulas para las cuadradas y oscuro en la partes inferiores de las mejillas en las redondas.
El colorete que ilumina las mejillas y da sensación de alegría, será rosa-rosa en caras pálidas o rosa-melocotón en pieles mate.

En los labios hay que aplicar un perfilador difuminado, un color más fuerte en barra y un brillo de un color un tanto diferente. Mejor huir en ese día de tonos fuertes, eligiendo mejor los colores naturales y claros para lograr un aspecto limpio: rosas, marrones claros rosados, salmón, o melocotón. También es optativo usar un iluminador.
Para el maquillaje, aunque la novia tenga costumbre de hacérselo ella sola, ese día es preferible dejarse en las manos de un buen profesional que captará las necesidades de cada rostro de forma óptima, siempre imponiendo que no recargue ni haga artificial el maquillaje.
El peinado y tocado
Así como el maquillaje no debe resaltar, ni extrañar, la clave de ese día es cambiar el aspecto del peinado para que sí se note un look nuevo y radiante. Para elegir el peinado deben hacerse dos o tres pruebas de distintos peinados. Es importante hacer coincidir los días de los peinados de prueba con los de la prueba del vestido, porque debe valorarse el conjunto. El arreglo del cabello, por así decirlo, es parte del traje de novia y necesariamente debe ir a juego con él.
El mejor acabado del peinado es el fresco y natural, sin demasiada artificiosidad. Es importante no sentirse disfrazada. Un recogido, el pelo suelto o incluso una coleta, todo cabe si va con el estilo de la novia.
Si la novia va a llevar mechas o reflejos, conviene que se lo haga diez días antes para dar tiempo a lavar el cabello las suficientes veces para hacerlo más natural. Y unos meses antes de la boda, se puede probar con reflejos y ver el resultado.
Con el pelo corto, en caso de que la novia no quiera o pueda dejárselo largo, se pueden añadir extensiones en caso de querer hacerse un moño. Aunque también pueden darle volumen y ondularlo, o dotarlo de gomina .
Los clásicos recogidos deben hacerse de acuerdo a las características de la novia y del traje. Por ejemplo las caras redondas irán con volumen alto, las alargadas bajo y con flequillo. y las cuadradas con recogido grande y bajo. Respecto al traje, si existe un gran escote de espalda, moño bajo y alto si el cuello es cerrado.
Los semirecogidos con rizos sueltos aportan romanticismo a la novia. En cambio, si opta por el pelo suelto entero, debe procurarse que no tape en nada la cara, por lo que en realidad debe estar sólo aparentemente suelto, y sobre todo bien presentado.
Respecto del tocado, éste se debe prender al peinado, si e velo con peineta, si son flores con horquillas. La diadema, u otros adornos como joyas son menos aconsejados, aunque todo cabe si es del gusto de la novia. Lo principal es que no moleste y permita no estar todo el día pendiente de su buena colocación.

Ramos de novia
El ramo debe ser elegido por la novia en función de sus gustos, del estilo de su traje de novia, y de su altura. Una novia alta puede llevar un atadillo redondo más voluminoso de lo normal, las novias de menor altura deberán llevar un ramo más recogido para no ser comidas por las flores.
Para el ramo de la novia no hay normas, aunque prevalecen los tonos suaves tipo crema, salmón o blanco. La elegancia natural se transmite con tonos crudos y flores campestres. Lo imprescindible es elegir un tipo de flor y dotarle de mucho protagonismo, sin añadir casi verde.
Las orquídeas en tonos crema son una buena opción, así como las clásicas rosas blancas muy abiertas. Los nardos blancos están de moda, es otra buena elección.
Para novias divertidas o bodas en invierno: ramos informales de aspecto informal con colores fuertes: rosas, naranjas, burdeos, fressias rojas o amarillas, peonías fucsias, calas, amarilis, todo mezclado con mucho verde.
Los bouquets de flores tradicionales no tienen por qué seguir una estructura clásica, pueden ir armados con formas metálicas y composiciones originales, aplicando mucho diseño.
El bouquet redondo es el más cómodo para manejar a lo largo del día. En cambio los tallos al aire necesitan de una pose determinada: apoyados en la cadera o inclinados hacia delante. Los tallos vista consiguen un aire más romántico y elegante, pero obligan a más atención por parte de la novia. Aunque ese día la imagen es importante y no hay que ahorrar esfuerzos para cuidarla.
En definitiva, es recomendable recorrer varias floristerías, y si el bolsillo da para más, diseñadores, y comprobar las ofertas y modas del momento, haciéndonos una idea de entre lo que podemos elegir, que suele ser entre lo clásico, lo romántico y llamar la atención original e informalmente. Esto último es lo que se vienen imponiendo junto al puro romanticismo.

Organización de una boda

Una boda es algo más que decirse sí, luego hacer una comida o cena con las personas más próximas, y luego rematar con un viaje de novios. Todo tiene que salir bien, porque es una fecha señalada para los dos novios, uno de los días más importantes de sus vidas, que para unos es un sello de amor, para otros un acto formal necesario para crear o afianzar una familia y para otros mero simbolismo, pero siempre importante al fin de al cabo..
Para comenzar debemos decidir globalmente que sensaciones queremos causar, que recuerdos deben llevarse los invitados: glamour, elegancia, improvisación, espontaneidad, dinamismo, acogida, humor, alegría, solemnidad, cariño, etc. Debemos definir una idea que marque la boda en general.
A partir de ahí empezaremos por los trámites, eligiendo primero el lugar de la ceremonia: iglesia, juzgado, ayuntamiento, casa o finca privada, etc. Jugando siempre con nuestra idea global.
Posteriormente el lugar del banquete si no se celebra en la misma casa o finca de la ceremonia, siguiendo el estilo marcado para su elección: restaurante, hotel, salón de banquetes. Teniendo como elemento de decisión el entorno, el menú y el desarrollo de el evento: más elegante, mas informal, más abierto a la improvisación o todo marcado, con el personal de servicio, mesas, vajilla y ambiente más o menos lujoso o bien atrevido.
Tiendo estos dos objetivos apalabrados, debemos bajar a los detalles: decoración de ambos lugares, trajes de los novios, invitaciones, maquillaje y peluquería, protocolo de los invitados, música, fotografía y vídeo, etc.
No hay que olvidar aspectos como la elección de le fecha, la burocracia, la financiación de los gastos, el posterior viaje de novios, administración de confirmaciones, y los demás elementos para que todo salga bien.
Todo ello pueden hacerlo personalmente los novios, con ayuda de padres o familiares, dejándose aconsejar por quien ya ha pasado por esto, o confiar en una empresa o en un experto en organización de bodas para el conjunto del día nupcial o para parte. En MiBoda.com trataremos de ayudarte paso a paso.
La regla es que con cuanta más intensidad e ilusión sea vivido el día, y por supuesto, todos los preparativos hasta llegar ahí por parte de los novios, mejor saldrá.

Los detalles
Para que una boda salga bien, hasta los últimos detalles deben estar controlados y decididos, porque en los detalles se gana o pierde una batalla.
Por ejemplo, los invitados vegetarianos. Es importante tener alternativas en el menú para ellos.
Otro detalle, los invitados no religiosos y que se niegan a entrar en la iglesia tajantemente suelen dejarse en las bodas a su aire. Pero si se concierta con un mesón o bar cercano un mini cóctel, la sensación general de todos los invitados (eso lo sabrán todos) será de pleno control de los detalles. No hay que tener miedo, por esta medida los invitados no abandonarán la iglesia.: el día estará lleno de bebida y comida, y por una más no de dejarán tentar frente a la belleza de la ceremonia.
Más detalles: el arroz es una tradición a la hora de la salida de los novios, pero no es obligatoria. El arroz muchas veces incomoda a los novios, en especial porque se incrusta en todos los lugares dentro de los trajes y el cabello, y lo que es más peligroso, en los ojos, pudiendo causar un accidente que rompa la armonía del día. En su lugar, los pétalos de rosas son más elegantes y románticos. Para ello, e incitar a los invitados a no tirar arroz, pueden colocarse grandes cuencos de pétalos a la salida de la iglesia, que sirvan de decoración, y no está de más incluir en la invitación la recomendación de no llevar arroz. Incluso los cañones de papelillos coloreados a estilo futbolístico hacen un gran efecto visual.
Los recuerdos para los invitados: Estamos acostumbrados a que en todas la bodas se regalen objetos casi siempre inútiles y que suelen acabar en la basura o en el fondo de un armario. ¿Por qué no regalar utilidad?. Por ejemplo un frasco de colonia, una agenda, un mp3 o un CD con las canciones de la boda.
Flores: Los recuerdos se suelen entregar al final del banquete. Pero podemos entregar una vistosa flor del color general de la boda a cada dama, haciendo que el colorido y la armonía se manifiesten con esplendor en las manos de las invitadas.

¿Cuándo casarse?
La elección de la fecha de la boda es un conjunto de estrategia, suerte y capricho. En las grandes ciudades los lugares de moda tienen lista de espera. No hay que olvidar que hay que coordinar fechas libres para el lugar de la ceremonia, para el del banquete, con las necesidades de los novios, idoneidad para los invitados, y demás detalles.
Hay dos opciones: o esperar largo tiempo a que todos estos factores se pongan de acuerdo, o bien, tener flexibilidad máxima tal que aunque hayamos elegido por ejemplo una iglesia, cambiarla por otra para que coincida la fecha del restaurante, o al revés.
Lo más concurrido suele la iglesia, ayuntamiento o juzgado, así que conviene empezar por ahí. A partir de la fechas alternativas que podamos conseguir encajaremos las demás piezas del puzzle. Lo ideal es conseguir todos nuestros caprichos en cuanto a sitios de celebración, y eso exige paciencia, aunque si tenemos alternativas, mejor que mejor.
Un buen plan es elegir un par de meses como referencia, y de ahí, ir concretando, sin agobios ni prisas. Eso sí, si nuestra pretensión es casarnos en un lugar privado, nadie nos hará competencia, y seremos amos y señores para poder decidir.
¿En qué época?
La inmensa mayoría de los novios rechaza los meses más fríos para su gran día, como pueden ser los comprendidos entre noviembre y marzo. Las temperaturas bajas imposibilitan el lucimiento de novia e invitados, aunque podemos ser originales y tener una boda redundantemente blanca, y de paso ahorrar buena parte del presupuesto, porque los costes serán menores ya que los locales de banquetes de bodas tienen escasa demanda en esas fechas. Además podremos elegir a nuestras anchas sin tener que pegarnos con otros novios por aquél restaurante o aquella capilla romántica. La boda será especial, eso seguro y no seremos unos más de los que se casan en primavera o verano.
Siendo más convencionales, elegiremos la primavera -romántica por naturaleza-, verano o el otoño, que cada vez es menos despreciado. Prima que los novios gocen de buen tiempo, huyendo de la temida lluvia, y que los invitados puedan lucir sus mejores galas, que se muestran mejor con temperaturas acogedoras.

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Espero te haya gustado este post. 

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